domingo, 22 de mayo de 2011

Guía de Estudio N° 1: Imperialismo en el siglo XIX

Aprendizajes esperados:  
  • Diferencian conceptos de imperialismo y colonialismo.
  • Comprenden orígenes y características del Imperialismo.
  • Discriminan antecedentes, causas y consecuencia del Imperialismo.
  • Identifican tipos de colonización.

Imperialismo en el siglo XIX (1870 -1914)
Uno de los procesos claves que se dan en la Sociedad Europea Finisecular (de fines de Siglo XIX) se relaciona con la presencia del Imperialismo. Este se define como la forma más compleja de expansión ya que supone la ventaja militar (no necesariamente bajo conquistas terri­toriales), y se expresa en la influencia económica, política, ideológica y cultural, de una potencia sobre un país o conjunto de países. A diferencia del fenómeno imperialista, el concepto Imperio se refiere a la expansión territorial de un país o Estado, sustentada en la conquista militar, principalmente, bajo la continuidad territorial. Existen también otras formas de dominación, por ejemplo, se encuentra el Colonialismo, referido a la instalación de un establecimiento comercial o militar fuera del territorio de un Estado y cuya finalidad es controlar una ruta comercial y/o la explotación de recursos naturales.

Debemos considerar que:

Imperialismo y colonialismo son dos términos que habitualmente utilizamos para referirnos al establecimiento de un régimen de dominación de un estado sobre otro. Sin embargo, ambos remiten a fenómenos distintos, que presentan connotaciones también diferentes.
El imperialismo implica la subordinación de un estado o territorio con respecto a otro, no sólo bajo los márgenes de una dependencia política o económica de la población, sino también cultural. Bajo estos parámetros, un patrón lingüístico, valórico, religioso, una cosmovisión completa se impone sobre otra, transformándose de esta manera en un modelo oficial que generación tras generación termina siendo asimilado, en mayor o menor grado por la población sometida, como natural y propio.
Cuando no existe una penetración cultural, sino que más bien, la dominación efectiva se restringe sólo al ámbito meramente administrativo o formal; es decir, bajo formas de subordinación económica y política solamente, hablamos de un fenómeno distinto: el colonialismo.



Orígenes y fundamentos del imperialismo europeo.

El gran impulso que dio inicio a esta nueva fase expansiva debemos buscarlo principalmente en la dinámica que imprimió a Europa el capitalismo industrial, de la mano de la nueva realidad geopolítica que impuso en el continente los principios de equilibrio territorial, armamentístico y de legitimidad que siguieron al congreso de Viena (1815). Por una parte, la situación de equilibrio obligaba a las potencias a dominar territorios extraeuropeos para manifestar su poderío, y por otra, rotos los grandes monopolios comerciales, el intercambio alcanzaba un dinamismo sin precedentes.

 Económicos:

Las nuevas necesidades que imprimió a las naciones europeas el desarrollo de la industrialización, desde mediados del siglo XVIII, demostraron la limitación que presentaban los mercados internos. Era necesario abastecerse de materias primas, cada vez más baratas y abundantes, para mantener el ritmo de crecimiento y producción, y satisfacer así la creciente demanda de los mercados europeos, a la par de la necesidad de encontrar nuevos puntos de distribución de los excedentes de producción a las manufacturas, como un mecanismo para controlar los precios.
 

Culturales:

La expansión determinó el desarrollo de una lógica de dominación, ya no sustentada en el principio religioso solamente, sino en supuestos científicos e ideológicos, que presentaban a la Europa occidental como la cúspide del desarrollo y el progreso, obligándola a dirigir una “misión” de civilización mundial. El hombre blanco artífice de este desarrollo, ofrecía una vida de confort y bienestar material a los no blancos.

Demográficas:


A lo largo de los siglos XVIII y XIX, el mundo experimentó un crecimiento poblacional espectacular, lo que obligo a reubicar en distintas partes del orbe los excedentes de población, iniciándose una serie de migraciones desde el viejo continente, hacia América primero, y luego hacia África, Oceanía y Asia. Se desarrollo el concepto del espacio vital. Los avances en la medicina, disminuyeron considerablemente la mortalidad de la población. El bienestar general, logrado en las primeras fases de la revolución industrial acelero el crecimiento, aportando abundante mano de obra y mercados de consumo, pero determinando a su vez, una mayor demanda de productos.

Habitantes en el Mundo en el siglo XIX,  por continentes (en millones de habitantes):

 

 

 

 

Políticas

La expansión entrego prestigio internacional; mientras más posesiones de tenia, mayor potencia expresaba la nación. En gran medida, la conquista de nuevos territorios también se utilizó como instrumento político al desviar la atención de la población hacia conflictos externos, liberando a las clases dirigentes de la presión social que implicaban las graves desigualdades que provocó la industrialización y la migración.

 Tecnológicas


El desarrollo de redes de comunicación cada vez más eficientes, como el ferrocarril, la navegación a vapor, el telégrafo y el teléfono, ampliaron el horizonte nacional hacia realidades distantes, pero que se fueron integrando progresivamente a la propia, unificándolas. 


ORGANIZACIÓN DE LOS IMPERIOS COLONIALES
Varió según las circunstancias y el lugar, adoptando diversas variantes: desde las relaciones diplomáticas a la simple conquista acompañada del exterminio de los pueblos aborígenes. El uso que se dio a los territorios sojuzgados también varió.
Hubo diferentes formas de dominación y organización colonial:
Las colonias de administración directa
Territorios que por el derecho de conquista habían caído en la órbita de la metrópoli. Ésta imponía sus funcionarios y sus instituciones, organizando la administración. Fueron las más extendidas.
Protectorados
Territorios donde se respetaba el gobierno indígena responsable de la actividad interior del área, mientras la política exterior y militar era gestionada por la metrópoli. En la práctica, al seguir las directrices marcadas por ésta, los protectorados quedaban sujetos a la soberanía de la potencia con la que habían pactado. Fue un modelo utilizado por Francia (Marruecos) y Reino Unido (Birmania).
      
Dominios
Territorios con mayoría de colonos respecto a la población indígena que consiguieron un amplio autogobierno limitado por un gobernador metropolitano. Fueron los casos de Canadá, Australia y Nueva Zelanda respecto a Gran Bretaña.

Territorios metropolitanos
Considerados como una prolongación de la metrópoli. Fue el caso de Argelia con respecto a Francia.

Concesiones
Territorios cedidos o alquilados por estados independientes a la metrópoli, codiciados por su interés estratégico o comercial. Fue el caso de China que, tras la Guerra del Opio, hubo de ceder algunos de sus puertos (Hong Kong) al Reino Unido.




  Los imperios coloniales





Los principales imperios coloniales fueron el británico y el francés, aunque otros países como Alemania, Bélgica o Italia también se apoderaron de territorios. Estados Unidos y Japón impulsaron también su expansión imperial.


El imperio británico

Gran Bretaña formó el mayor imperio colonial de la época. El imperio británico agrupaba en 1914 el 20 % de la superficie de la Tierra y el 25 % de la población mundial. Sus colonias estaban repartidas por todos los continentes, muchas localizadas en puntos estratégicos fundamentales (Gibraltar, Suez, Singapur, Hong Kong) que convertían a Gran Bretaña en dueña de las rutas marítimas mundiales.

La India fue la colonia principal a causa de su gran variedad de riquezas, como té, especias y algodón. Para asegurar la ruta hacia la India, los británicos se hicieron con el control de Suez y Egipto, y para protegerla frente al avance ruso y francés conquistaron territorios en Asia. En África, Gran Bretaña avanzó desde el sur, desde su colonia de El Cabo, hacia el norte, intentando enlazar con Egipto mediante un corredor continuo vertical. Este inmenso imperio se completaba con la posesión de Canadá y de gran parte de Oceanía y de los archipiélagos del Pacífico.


Otros imperios europeos

El imperio francés constituyó el segundo imperio en importancia y dimensiones. En África, la expansión francesa comenzó en el litoral mediterráneo con la conquista de Argelia y Túnez y con el establecimiento de un protectorado en Marruecos; después obtuvo importantes territorios en el centro y el oeste del continente. En Asia, las grandes adquisiciones francesas se produjeron en Indochina.

Alemania e Italia se incorporaron tarde a la expansión imperialista, ya que hasta 1870 no habían logrado su propia unidad nacional. Ambos países consiguieron algunas colonias en África. También en África, el rey Leopoldo de Bélgica logró una colonia: el Congo.

Rusia no conquistó territorios al otro lado del mar, sino en los límites de sus fronteras: incorporó Siberia, se extendió hasta el Himalaya y la India y llegó a territorio chino a mediados del siglo XIX.

Los imperios no europeos

Estados Unidos logró su imperio tras derrotar a España en 1898, con lo que ocupó Filipinas y Puerto Rico y pasó a controlar Cuba. Además, inició una expansión económica que hizo depender a los países americanos de la economía estadounidense.

Japón impulsó su expansión en Asia tras su rápida industrialización desde 1868. Japón se enfrentó a China y Rusia, a las que derrotó, con lo que se anexionó Formosa y Corea, y creó un protectorado en Manchuria.



     

 

 Consecuencias del Imperialismo

Consecuencias para los pueblos colonizados

En el orden político, la colonización introdujo elementos de la civilización europea: las bases de una administración moderna y un modelo de organización política. Pero se trazaron las fronteras de los imperios sin tener en cuenta las diferencias tribales, lingüísticas o religiosas de las poblaciones autóctonas, lo que provocó conflictos tras la descolonización.

En el orden económico se impuso una economía basada en la agricultura de plantación y en la explotación de las minas. Los campesinos indígenas fueron desposeídos de sus tierras por las compañías privadas y los artesanos no pudieron resistir la competencia de los productos europeos.

En el orden social, la colonización provocó la ruptura de la sociedad tradicional. Una burguesía europea se instaló en los niveles más altos de la escala social y los indígenas, considerados seres inferiores, fueron marginados: se los obligó a vivir en barrios separados, se les prohibió la entrada en ciertos lugares, etc. Como dato positivo, la mortalidad disminuyó al introducirse las prácticas sanitarias europeas.

En el orden cultural, la imposición de la civilización occidental en las colonias originó una profunda crisis de las culturas autóctonas. Además, las elites indígenas estudiaron en universidades europeas y se occidentalizaron. Curiosamente, de esta elite occidentalizada surgieron los líderes del movimiento descolonizador.


Consecuencias para los pueblos colonizadores

En el orden económico, la expansión imperialista permitió a las potencias continuar su crecimiento. Las metrópolis se aprovisionaron de materias primas en las colonias, a las que vendieron sus manufacturas; y obtuvieron enormes beneficios con la construcción de ferrocarriles, carreteras y puertos en Asia y África, y con la explotación de las plantaciones.

En el orden cultural, la expansión colonial extendió la cultura occidental por todos los continentes y permitió, también, el conocimiento de otras civilizaciones. Sin embargo, las culturas de los pueblos colonizados no siempre fueron valoradas en su justa medida y esta ignorancia contribuyó a confirmar en los occidentales su sentimiento de superioridad.


Consecuencias Internacionales

Los intereses coloniales jugaron un papel cada vez mayor en las relaciones entre las grandes potencias, creando enfrentamientos que contribuyeron al estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914.

La «teoría del equilibrio» iniciada en el siglo XVIII se alteró tras la unificación de Alemania. Además, la política exterior de Guillermo II se centró en conseguir un imperio colonial.

Inglaterra percibió la actitud alemana como una amenaza a su hegemonía mundial y se acercó a Francia. En la década de 1890 se alcanzaron pactos que dividieron el continente en dos bloques.

Los países parecían prepararse para la guerra: incrementaron los gastos militares y la duración del servicio militar, y fomentaron el belicismo y la exacerbación del patriotismo nacionalista desde la prensa y las escuelas. A la vez, aumentaron los conflictos de carácter limitado (en Marruecos, en los Balcanes, etc.).


 

Video que muestra la evolución del mapa político de América del Sur.

Causas de la independencia de América.

Causas de la independencia de América y Chile.

El proceso de independencia vivido por nuestro país a comienzos del siglo XIX fue complejo y multicausal. Aún hoy es una materia de debate entre los historiadores determinar cuáles fueron los antecedentes estructurales y cuales sólo circunstanciales. También han sido motivo de polémica los alcances y profundidad de dicha revolución.
Nuestra Independencia, ¿fue nada más una ruptura con España, o significó un cambio mucho más profundo hacia la modernización propia del siglo XIX? ¿Fue solo un cambio de administración o se vivieron cambios profundos? ¿Fue un movimiento popular o solo estaba en manos de la denominada elite criolla? Los énfasis que se colocan en las distintas aproximaciones históricas son diferentes; sin embargo, todas coinciden en señalar los siguientes procesos y acontecimientos previos como antecedentes a considerar:

Causas externas.

La ilustración, movimiento intelectual europeo que surgió en el siglo XVIII y que cuestionó a la sociedad existente en ese momento. Afirmó la igualdad y libertad como principios básicos de la sociedad. Las ideas ilustradas penetraron en América y sus colonias: mediante sus viajes, las elites criollas tomaron contacto con estas nuevas ideas que de una u otra manera contribuyeron a criticar el dominio español sobre América.

La Independencia de las colonias inglesas de Norteamérica. En 1776 nace Estados Unidos como república independiente. Las ideas planteadas en su constitución política también recogen el legado de la Ilustración.

La Revolución Francesa (1789 – 1799), que puso fin a la monarquía absoluta en Francia y llevó a la práctica las ideas de la ilustración. Este proceso actuó como un antecedente en la elite criolla, con una doble perspectiva: de admiración por lo allí ocurrido, como también de temor ante los extremos que alcanzó.

La invasión napoleónica a España en 1808. Napoleón Bonaparte tomó prisionero al Rey Fernando VII. Esta situación generó un movimiento de resistencia en España, que recogió elementos de la tradición medieval en relación a que la soberanía residía en el pueblo, quien la delegaba al monarca. Por lo tanto, si el Rey estaba prisionero, la soberanía volvía al pueblo, quien debía autogobernarse hasta el regreso o liberación. Así se formaron juntas de gobierno en toda la península. En América, ello generó sentimientos de lealtad hacia el monarca, pero también la posibilidad de expresar por sí mismos una soberanía que hasta ese momento era impensable.

Causas internas.

La situación social de los criollos:
 Poseedores de riqueza, basada en la propiedad de grandes extensiones de tierra
(Haciendas).
Consideran al país como algo propio, por lo que desarrollan sentimientos de amor por su tierra natal.
Problema: Eran postergados en la designación de los cargos públicos de importancia.
No se reconocían sus méritos. Se nombraba en los cargos administrativos a españoles recién llegados de la península.
Consecuencia: Rivalidad y antipatía entre criollos y españoles.

Descontento por la política económica de la corona:
El desarrollo económico estancado de las colonias contrastaba con las potencialidades que los criollos consideraban que tenía el territorio. La balanza comercial de las colonias era desfavorable: se importaba más de lo que se exportaba, por tanto el oro y la plata salían del país (forma de pago). Los criollos eran partidarios de dictar normas tendientes a incrementar la producción agrícola, ganadera e industrial con el fin de disponer de productos de exportación que significasen entrada de metales preciosos.
El anhelo reformista de los criollos no constituía en sí una fuerza capaz de transformarse en realidad si no contaba con el apoyo, muy difícil de lograr, de los españoles.
Los movimientos criollos de 1810 no tenían un carácter separatista o independentista; no obstante, promovieron un conjunto de reformas políticas y económicas que, en forma paulatina, fueron desencadenando el proceso que condujo a la independencia de América.







sábado, 14 de mayo de 2011

La Primera Guerra Mundial en videos

Estimados estudiantes:

En primer lugar, una aclaración: la palabra "ENTENTE" (del verbo latino entendre) es una palabra francesa que significa entendimiento y se traduce como "pacto" o "acuerdo".

En segundo lugar, les envío aquí unos videos de Youtube, en los cuales pueden ver en forma gráfica los contenidos de la Unidad N° 1: La Primera Guerra Mundial. 

Nota: los videos contienen errores, por ejemplo algunas banderas mal colocadas y algunos datos inexactos, pero son muy útiles ya que son bastante gráficos.




En Youtube hay muchos otros videos que también pueden ver, pero tengan cuidado con la gran cantidad de errores históricos que éstos tienen. La mayoría de estos videos fueron hechos por estudiantes como ustedes. 

Saludos.

Mapas de Europa al inicio y al final de la Primera Guerra Mundial

Mapa de Europa 1914 (inicio de la Gran Guerra):


Mapa de Europa 1919 (Paz de Versalles):

Guía de Estudio N° 2: La Primera Guerra Mundial

Aprendizajes Esperados: Comprender que las Guerras Mundiales tuvieron características distintivas sin precedente dada su escala planetaria, la movilización de la población civil, el número de víctimas, la tecnología utilizada y los efectos en el reordenamiento político internacional.


I.                   El mundo antes de la Gran Guerra

La configuración de Europa en los años precedentes a la Primera Guerra Mundial puede ser resumida de la siguiente forma:
·         Estados Liberales:
§  Repúblicas: Francia (imperio colonial en expansión)
§  Monarquías Constitucionales: Reino Unido (pretendía mantener la supremacía mundial) y Alemania (desde 1890 es agresiva y expansionista)
·         Estados Absolutistas:
§  Monarquías absolutas: Imperio Austro-Húngaro (intentaba expandirse hacia los Balcanes) e Imperio Ruso (expansión en Asia Central y Extremo Oriente, además del apoyo  Serbia y Bulgaria en los Balcanes)

Gran Bretaña era conocida como el “taller del mundo” y gozaba de ser su principal centro financiero, aunque también su población sufría de un gran descontento por los problemas sociales y, no menor, el problema del nacionalismo irlandés (católicos). Mientras tanto, Alemania se situaba como la primera potencia militar de Europa gracias a su industria metalúrgica y armamentista y a una población unida bajo el proyecto de un gran imperio alemán; y el Kaiser Guillermo II, sin que el parlamento (Reichtag) pudiese tener control sobre él, amenazaba con declarar la guerra a los ingleses. Francia quería una revancha contra Alemania por la derrota sufrida en 1871 que significó la pérdida de los territorios de Alsacia y Lorena.
El Imperio Austro-Húngaro sufría de importantes divisiones nacionalistas. El Imperio Ruso, finalmente, era la potencia más grande pero más débil: en 1904 habían perdido la Guerra Ruso-Japonesa, conocida como el “invierno de miserias”, y en 1905 sufrió una gran oleada de huelgas; en fin, su sociedad sufría un gran descontento.
Fuera de Europa, Estados Unidos y Japón igualaban en poderío a las grandes potencias europeas. Ambas se disputaban el dominio del Pacífico.
Gran Bretaña, Alemania y Francia eran naciones consideradas “desarrolladas”, principalmente por haber experimentado el proceso de industrialización, logrando conquistar mayores territorios (en Asia y África), constituyéndose como las principales potencias europeas y disputándose la supremacía del mundo. Esto, a diferencia de España, Italia, Portugal, Rusia y Austro-Hungría, que eran consideradas como naciones “débiles”, dependientes de la agricultura y sin grandes territorios colonizados.
El imperialismo europeo se consolidó una vez que la necesidad de materias primas por parte de las grandes potencias industriales motivó una segunda oleada colonizadora, hacia fines del siglo XIX. Aunque aparentemente estable, aquél proceso sembraba el descontento de poblaciones lejanas a las metrópolis, iniciando un afán de revolución que se sumó a los nacionalismos europeos, configurando un escenario de probables enfrentamientos.
Luego de la Guerra Franco-Prusiana (1871) se inició en Europa un nuevo sistema de alianzas defensivas, que se conocería como “paz armada”:
1)      La Triple Alianza fue conformada por las potencias centrales: Alemania, Austro-Hungría e Italia. Esta alianza, creada por Bismark en 1882, tuvo inicialmente un carácter defensivo, aunque con el Kaiser Guillermo II tomó un carácter expansivo.
2)      La Triple Entente fue conformada por Gran Bretaña, Francia y Rusia. Pese a que Rusia era una tiranía contraria a los ideales de libertad, por su alianza con Francia pronto fue incluida en la Entente.


II.                 El Inicio de la Primera Guerra Mundial

El conflicto inminente fue finalmente desatado en Sarajevo, el 28 de junio de 1914, cuando el heredero del trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando de Habsburgo cayó víctima de un terrorista serbio (un nacionalista identificado con el nombre de Gavrilo Princip). Pero como es natural, las causas de la guerra eran más profundas, consistían fundamentalmente en 3 antagonismos:
·         Entre Alemania y Francia se mantenía una enemistad territorial, acentuada por la derrota francesa de 1871 y la pérdida de Alsacia-Lorena. Fuera de Europa, Alemania y Francia también se disputaban Marruecos, lo que se conoció como “crisis marroquí”.
·         Entre Alemania e Inglaterra se disputaban la hegemonía industrial, colonial y armamentista (marcada por el rearme marítimo).
·         Entre Austro-Hungría y Rusia existía una disputa por el dominio de los Balcanes. No debemos olvidar que la Primera Guerra Mundial surge a partir de un conflicto previo marcado por las Guerras Balcánicas, una serie de enfrentamientos diplomáticos y militares desplegados entre 1912 y 1913, en los cuales Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro, apoyados por Rusia, se enfrentaban a los imperios Austro-Húngaro y Otomano (luego los turcos serían expulsados de los Balcanes y Bulgaria, para dominar su territorio, se volvería contra Serbia y Grecia, pero terminaría derrotada).

Luego del atentado en Sarajevo, el Imperio Austro-Húngaro le declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto de 1914, transformándose el conflicto en un enfrentamiento armado a escala europea. Primero, el Imperio Austro-Húngaro le declara la guerra a Serbia, a quien se apresuró a culpar del magnicidio, y Rusia, que se había erigido como la campeona de los países eslavos, proclamó la movilización general. Alemania, que había dado seguridad de apoyo a su aliado en caso de conflicto, envió un ultimátum a Rusia, y otro a Francia como advertencia, y finalmente la declaración de guerra a ambas potencias. En tanto, Gran Bretaña vacilaba en comprometerse con sus aliados, pero reaccionó cuando Alemania le exigió Bélgica para el paso libre de sus tropas. En suma, al iniciarse el conflicto, el sistema de alianzas entró en funcionamiento, y quedaron bien determinados los dos bloques antagónicos.

III.              El Desarrollo de la Primera Guerra Mundial

Durante el desarrollo de la guerra la estrategia bélica transcurrió en tres direcciones: la ruptura (el ideal de los jefes militares, aunque requería gran cantidad de material y tropas), el desgaste (doblegar la voluntad del enemigo, no conquistar terreno ni romper líneas) y la diversión (intentar atraer al enemigo a otros puntos, reclutando nuevos aliados y creando nuevos frentes). Cada estrategia caracteriza una fase distinta de la guerra.
1.       Guerra de movimientos: se denomina así a la serie de operaciones desplegadas en 1914 por Alemania, con el objetivo de eliminar la amenaza francesa y para luego concentrarse en derrotar a Rusia. La estrategia aquí era la ruptura. Esta guerra se desató en dos frentes:

1)      Frente Occidental. Los alemanes diseñaron una estrategia racional conocida como el Plan Schlieffen, en el que, para evitar una guerra en dos frentes, era necesario aniquilar al ejército francés atravesando Bélgica, violando su neutralidad. Aunque en sus inicios tuvo éxito (incluso el general Von Moltke, optimista, envía tropas a apoyar el frente oriental), el plan finalmente fracasó. Al otro lado de la frontera, el general Joffre aprueba el Plan XVII, una estrategia bastante ilusa que pretendía atacar directamente y vencer al ejército francés en los bosques de Lorena. Pese a las imperfecciones tácticas de aquél plan, la capacidad de mando de Joffre lo hizo reaccionar, replegarse y preparar con calma un ataque por el flanco desde París, y de esa manera lograr el éxito sobre el ejército alemán (batalla del Río Marne).
2)      Frente Oriental. Al otro lado de Europa, los rusos invadieron Prusia Oriental, derrotando a los austriacos en Lemberg, y a pesar de las victorias alemanas en Tannenberg y los Lagos Masurianos (por parte del general Hindenburg, quien recibe tropas desde el optimista frente occidental), el Imperio Austro-Húngaro pierde Serbia y Galitzia. 

El fracaso de la guerra relámpago planeada por Schlieffen condujo a una estabilización de los frentes, abriendo paso una nueva fase conocida como Guerra de posiciones o Guerra de Trincheras.

2.       Guerra de posiciones: como consecuencia de la guerra relámpago iniciada por los alemanes el año 1914, los frentes se estabilizan y se inicia una serie de operaciones caracterizadas por el sistema de trincheras, entre 1915 y 1916. Los alemanes, una vez fracasada su ofensiva inicial, se atrincheraron en el Frente Occidental para proteger sus posiciones, mientras concentraban su fuerza ofensiva en el Frente Oriental, contra Rusia. Según sus planes, una vez derrotados los rusos, sería momento de eliminar a franceses y británicos. La estrategia esta vez era el desgaste, esencialmente en territorio francés y belga, y que produjo un elevadísimo número de bajas y arruinó la moral de los soldados. Las tropas se vieron obligadas a luchar durante meses en penosas condiciones en las trincheras, bajo la constante acción de la artillería, rodeados de alambradas, enfangadas en terrenos infectados de roedores y sometidas a la insistente acción de las armas automáticas y los nuevos ingenios bélicos (lanzallamas, gases, etc.) Alemania luchaba en territorio enemigo, por lo que su industria y minería pudieron seguir funcionando.
Para romper las líneas enemigas y desestabilizar el curso de la guerra, Alemania atacó a los franceses en Verdún, quienes resistieron el ataque, pero ambos bandos sufrieron miles de bajas (“invierno de Verdún”). Luego, franceses y británicos inician la ofensiva en el Río Somme, con resultados similares para todos los ejércitos.
En el Frente Oriental el ejército ruso se veía debilitado, aunque los alemanes no pudieron avanzar debido a las tempestades; y en el mar del norte, en 1916 se produce la Batalla de Jutlandia, con victoria de la flota alemana sobre la flota británica.

Se habla de una Tercera fase de la guerra, marcada por una etapa de crisis política en Europa hacia 1917: en Gran Bretaña los laboristas abandonan el gobierno, tomando el mando David Lloyd George. En Francia, los soldados se amotinaron y no combatieron, y se le confía el gobierno a George Clemenceau. El Imperio Austro-Húngaro sufre reivindicaciones nacionalistas de húngaros, eslavos y checos (crisis que se acentúa con la muerte del emperador Francisco José en 1916). En Rusia el descontento de las tropas y la población aumentó tras las derrotas militares y la falta de abastecimiento, ocasionando la Revolución Rusa de 1917 (firmó el armisticio con Alemania: Paz de Brest-Litovsk), Rusia se retira de la guerra, perdiendo Finlandia, Lituania, Letonia, Estonia y parte de Polonia, y dejando libre el Frente Oriental. Alemania, que estaba a favor de la guerra, concentraría sus fuerzas esta vez en el Frente Occidental.

Surgieron voces buscando la paz, como la del presidente Wilson o al del papa Benedicto XV, pero no fueron escuchadas. Finalmente se impone la idea de continuar con la guerra. 
El año 1917, mientras Rusia se retiraba de la guerra, se incorporaban Grecia y Estados Unidos, inclinando la balanza a favor de la Triple Entente, abriendo un nuevo frente en los Balcanes y, más decisivo aún, irrumpiendo en la guerra una potencia de gran poder económico, demográfico y militar.


IV.              El Fin de la Primera Guerra Mundial

Los alemanes se ven reforzados por las tropas del Frente Oriental, y confiados lanzan una ofensiva sobre el Río Somme, en Flandes y en Champagne. Pero sin provisiones ni descanso las tropas alemanas se debilitan y no pueden resistir la contraofensiva francesa, y que en conjunto con las tropas estadounidenses al mando del general Foch (más los tanques y aviones británicos) logran el triunfo sobre las tropas alemanas en la Segunda Batalla del Río Marne. El ejército alemán comenzó a ceder, sufrió numerosas deserciones y finalmente se vio obligado al repliegue. A su vez, en los Balcanes, los franceses derrotan a Bulgaria y los británicos derrotan al Imperio Otomano, y en el frente alpino los italianos derrotan al Imperio Austro-Húngaro. Las Potencias Centrales caían ruidosamente, mientras tropas estadounidenses seguían llegando por el océano. Luego de ser derrotados definitivamente en Amiens, los alemanes se ven obligados a capitular.
Se firma una paz de compromiso, que resulta ser un tratado frágil, fuente de futuras dificultades.    

V.                Las Consecuencias de la Guerra: los problemas de Versalles (1919)

La diplomacia europea se fundamentaba en la propensión humana al conflicto, que había que combatir o equilibrar. Sin embargo, el Presidente Wilson postula la idea de la “autodeterminación” y “seguridad colectiva”, desconocidas en Europa. Así, Wilson exigía la paz como concepto jurídico, siendo necesaria una institución internacional que velara por ella. Wilson planteó los objetivos de la declaración de guerra de Estados Unidos en sus famosos catorce puntos, que inspirarían la creación de la Sociedad de las Naciones. 
Al conjunto de tratados que siguieron al fin de la Primera Guerra Mundial se les conocen como La Paz de París (1919-1920), que llevaron a cabo las potencias vencedoras con las potencias vencidas: con Alemania en Versalles, con Austria en Saint-Germain-en-Laye, con el Imperio Otomano en Sevrés, con Hungría en Trianon, con Bulgaria en Neuilly-sur-Seine.
El Tratado de Versalles, demasiado punitivo para ser conciliador y demasiado benévolo para impedir que Alemania se recuperara, condenaba a las exhaustas democracias a ejercer una vigilancia constante y coaccionar permanentemente a una Alemania irreconciliable y revisionista. La cláusula 231 (que dejaba a Alemania como la gran culpable de la guerra) fue considerada con posterioridad como un “error psicológico”, pues las sanciones morales tocaron hondo en el pueblo alemán: para Wilson y sus seguidores “alguien” debía ser culpable de todos los males, y ese “alguien” debía ser castigado.
Los creadores del Tratado de Versalles lograron lo contrario de lo que se propusieron: intentaron debilitar a Alemania en lo físico, pero lo fortalecieron en lo geopolítico. A la larga, después del Tratado, Alemania se encontró en una posición más favorable para dominar Europa, rodeada de Estados pequeños y novatos, y en cuanto se librara de los grilletes del desarme se encontraría capacitada para volver con fuerza. “Vinimos a París confiados en que estaba a punto de establecerse un nuevo orden; salimos de allí convencidos de que el nuevo orden simplemente había estropeado el antiguo” (Harold Nicolson). 

Actividades
  1. ¿Cómo explicarías tú el concepto de “Paz armada” y el equilibrio europeo de fines del siglo XIX y principios del siglo XX?
  2. ¿Cuáles son los conflictos previos entre las potencias que originaron la Primera Guerra Mundial? ¿Cómo se relacionan los fenómenos de Colonialismo e Imperialismo en aquél proceso?
  3. En el siguiente mapa mudo de Europa en 1914, indica los nombres de las potencias involucradas en la Primera Guerra Mundial y coloréalas según las alianzas a las que pertenecen.


  1. ¿Por qué crees tú que ha sido decisiva la inestabilidad política de las potencias europeas durante 1916 y 1917 en el desarrollo global de la guerra? ¿Por qué razón no se habrán tomado en cuenta en esa época las peticiones de paz del presidente de Estados Unidos o del Papa Benedicto XV?
  2. En el siguiente mapa mudo de Europa en 1919, nombra cada uno de los países que allí aparecen y establece conclusiones sobre los cambios que sufre Europa luego de la guerra y de los tratados de paz que se establecen.